El camping del sindicato de pasteleros queda a 300 metros del Acceso Norte, justo donde se entra al evento de esta noche. Allí, la organización de la Fiesta de Disfraces ofreció un paquete completo de alojamiento en carpa, comidas y diversión, a un precio de 3 mil pesos por persona, que incluye la entrada a la fiesta de este domingo. El sábado comenzó a llegar la gente, aunque hubo algunos que lo hicieron el día anterior.
Bajo un cielo completamente despejado, con un DJ musicalizando de fondo, estaban quienes pateaban una pelota; los que compartían una jarra de gaseosa con hierbas fermentadas; y quienes se le animaban a la pileta de agua clara. Era la sobremesa al asado y la previa de la pre-fiesta de disfraces de esa tarde-noche en el Campamento Manija, que dura hasta el mediodía del lunes.
Slogan. “Traigan puertas que manijas sobran”, dice el slogan en un pizarrón cerca de la barra de bebidas. “Armamos la cantidad de carpas según el pedido que tuvimos, que son alrededor de 200. Los 3 mil pesos incluyen la entrada a la fiesta, la carpa armada con un aislante, cinco comidas, ducha con agua caliente, locker de seguridad, 12 consumiciones en la cantina permanente, centro de carga de celulares, pileta, solárium, espacios de relax, y el escenario con DJ en el que tocan Pijama Party y Don Johnson, que estarán también en la FDD”, explica Ioy Uranga, del staff de la organización. “La idea es que lo de hoy dure hasta las 12, para no cansarlos, y el que siga manija que se vaya para algún boliche”, agregó. Para el domingo, la propuesta es armar en el salón de usos múltiples (que también es refugio por si llueve), un gran camarín comunitario con varios espejos para que la gente que se aloja en las carpas se disfrace toda junta y se ayude a maquillarse. “El sindicato nos alquiló el lugar, lo mejoramos e instalamos los servicios necesarios para que esté bueno”, comentó Uranga.
Clima. “Está fresco para pileta”, opina uno con acento cordobés. Leandro, Ignacio, Lucas y Emiliano hacen la digestión tirados en el pasto. Los cuatro son de Río Cuarto, y rondan los 21 años. “Llegamos hoy al mediodía, va a estar lindo esto, hay joda acá”, dice uno de ellos.
“Las carpas son chiquitas, el problema es que somos dos por carpa, nos vamos a tener que turnar para dormir”, anticipa otro. El viaje desde la provincia mediterránea fue en micro. Dos de ellos ya estuvieron en otra edición, y dos son principiantes. Se disfrazarán de médico, de enfermo de hospital, de escocés y de irlandés, pero por ahora andan de remera y bermudas al sol. Más allá hay un grupo de Reconquista, Santa Fe. Maxi, Matías, Nicolás y Joaquín, de entre 25 y 27 años, explican que la idea de parar en carpa es probar cosas nuevas. “Le faltaba esto a la fiesta, hemos venido otras veces y siempre nos queda la sensación de que tiene que durar dos días la joda. Nos quedaba muy corta”, indica uno de ellos que se disfrazará de gladiador esta noche.
“Estamos medio apretados en la carpa, pero es lo de menos, casi no la pensamos ocupar.
Nadie va a venir a dormir, hacemos un after después que se termine la fiesta grande”, amaga uno que irá de cazador de pokemones. “Nos vamos a quedar acá los tres días, tenemos todas las comodidades, estamos esperando que se arme un lindo fulbito nomás”, comentan. “La pileta la dejamos para mañana, después de la resaca”, informan.
Dos chicas de Castelli y otras dos de Morón, provincia de Buenos Aires, se acaban de conocer como vecinas de carpa. Tienen entre 21 y 29 años y las cuatro vienen por primera vez. “Es genial la movida, para nosotras ya mismo tendría que empezar la joda”, apura Elisa. Las de Castelli vinieron en auto, así que cargaron un colchón inflable para dormir mejor. “Nos enteramos de las carpas por la página oficial, y como quedaba más cerca de la fiesta y siempre es casi imposible conseguir hotel, nos pareció espectacular”, dice Anabela, que pronto se transformará en gatúbela. “No sabíamos si ir a un hostel, y nos decidimos por esto porque era más cómodo, con la entrada incluida”, sostiene Lucas, que junto a Martín, Camila y Tati llegaron desde Capital Federal. “No sé si nos sumamos a la fiesta de hoy (por ayer) porque a nosotros nos gusta el tecno”, anuncia Tati, que será guerrera medieval pero que por ahora anda de malla entre las carpas rojas, sin mucha armadura, disfrutando del campamento manija.
Fuente: El Diario